La humildad es un factor determinante en todos los aspectos de nuestra vida y por supuesto, también cuando hablamos de liderazgo. Porque... todos reconocemos la humildad como una virtud, ¿verdad?
Una persona humilde es aquella que ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades, y obra por lo tanto en consecuencia. Una persona humilde es todo lo contrario a una persona soberbia.
Pero en ocasiones algunos directivos tienen la percepción de que mostrarse humildes puede, entre otras cosas, deteriorar su posición de autoridad… y realmente sucede lo contrario.
La Universidad de Buffalo ha llevado a cabo un estudio con la colaboración de más de 700 directivos de diferentes empresas y la conclusión ha sido la que todos nos podemos imaginar: Uno de los factores determinantes para ejercer un liderazgo efectivo es la humildad.
Pero ojo… una humildad verdadera porque… la humildad no se puede falsear… se nota.
Los autores del estudio afirman que, a pesar de lo que muchos puedan pensar, lo realmente importante en un líder es: Cómo es capaz de trabajar con otras personas y cómo de bien se entienden entre ellos.
Nos sugieren por lo tanto que… para ejercer un liderazgo efectivo, los líderes deberían ser humildes con sus colaboradores, admitiendo que no lo pueden saber todo, que también cometen errores y reconociendo abiertamente las habilidades, conocimientos y contribuciones de las personas que les rodean.
Referencias:
Hekman, David. (2012). Modeling How to Grow: An Inductive Examination of Humble Leader Behaviors, Outcomes, and Contingencies. The Academy of Management Journal. 55. 787-818. 10.5465/amj.2010.0441.
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