No impongas, sugiere: El camino hacia una autoridad influyente.

influencia Apr 03, 2020

Cuando quieras que tus propuestas "calen" en una persona o grupo de personas, es crucial que, por importante que creas que pueda ser para ellas, nunca intentes imponerlas. Para que realmente sigan tus ideas, es necesario que las acepten, que las integren… pero ten muy en cuenta que para ello, no deberían nunca percibir que tratas de “obligarles” a seguirlas. Las ideas impuestas se pueden llegar a obedecer (dependerá de nuestro poder jerárquico) pero en general no son aceptadas como propias. Si lo que buscamos es influir, si lo que queremos en un cambio de actitud, un nuevo comportamiento, necesitamos que las acepten y para ello nada de imponer, tenemos que sugerir.

Te contaré algo que me sucede con relativa frecuencia. Al finalizar mis espectáculos de mentalismo, no es extraño que alguna persona se acerque y me comente algo haciendo referencia a mis “poderes y capacidades paranormales”. Es curioso porque yo no hablo en ningún momento de ese concepto. Es más, mi discurso se aleja todo lo posible de esa idea pero debido a lo que mis demostraciones les sugieren cuando las perciben, la gente acaba aceptando la idea que se ha creado en su mente: “este tío tienen poderes paranormales”. Lógicamente, esto no sucede con todas las personas y dependerá también de sus creencias, expectativas y experiencias previas. Pero cada uno acabará aceptando ideas en su mente del estilo: “tiene poderes paranormales”, “es un experto matemático”, “tiene un don especial”, “es un maestro de la persuasión” o incluso simplemente pensarán “esto es un truco”. ¿Cuál de estas afirmaciones es cierta? Yo tengo mi respuesta pero para ti, todas son ciertas cuando las aceptas en tu mente. Todas ellas han sido sugeridas por mi demostraciones a lo largo de la representación, es cierto. Pero ninguna ha sido impuesta. Y aquí está la magia de todo esto. Cuando quieras trasladar algo, mejor que imponer, sugiere.

Las ideas sugeridas por mi y aceptadas por los espectadores se vuelven tan poderosas en sus mentes que incluso aunque yo niegue esas declaraciones y diga que se trata de una mezcla de mucha habilidad y grandes dosis de ilusionismo psicológico… los espectadores siempre dudan de mis afirmaciones y defienden su posiciones frente a mis explicaciones. En alguna ocasión, alguno hasta me ha dicho que quiero ocultarlo y no reconocerlo en público. Date cuenta de que ya no es una idea mía, es una idea del espectador. Él la ha creado en su mente a partir de información de exterior y un proceso cognitivo interior combinado con sus propias creencias y expectativas.

Bien y llegados a este punto te preguntarás… ¿Cómo podemos sugerir nuestras ideas a los demás para que las acepten y no tengamos que recurrir al poder para imponérselas? El proceso es mucho más laborioso que la imposición pero tiene claras ventajas frente a ella: idea aceptada, anclada, que genera una conducta en base a una actitud y no a una orden jerárquica. Se convierte en motivación intrínseca.

Imaginemos una situación donde puedas decidir usar tu capacidad de influencia o tu poder sobre una persona. Pensemos por un momento que tenemos una hija a la que queremos disuadir de hacer algo. Inicialmente tenemos que decidir como será nuestra aproximación a la situación. Podemos intentar convencerla intentando que acepte nuestra propuesta o podemos utilizar nuestra posición de poder. Ambas direcciones buscan la misma conducta pero se llega a ella por diferentes caminos. No es el momento ahora de hablar sobre porque uno es mejor que el otro pero tendremos tiempo en futuros post de hablar sobre el tema. Eso si, parece claro que a todos nos gustaría no tener que utilizar la autoridad que nos da el poder salvo en contadas ocasiones, ¿verdad?

Pero el secreto pasa también por la autoridad si queremos influir a los demás para que acepten nuestras ideas. Aunque se trata una autoridad muy diferente a la relacionada con el poder jerárquico. En este caso es más “ser una autoridad” que realmente “tener la autoridad. Pasar por convertirse en una autoridad influyente para las personas que te escuchan.

Antes de nada vamos a desmitificar lo que significa ser una autoridad ya que es una palabra que se puede asignar a diferentes perfiles y habitualmente, debido a la solemnidad que le damos a la palabra, pensamos que nosotros no podemos ser una autoridad. Si consultamos el diccionario, leemos que autoridad se define como: “Potestad, facultad. Poder que tiene una persona sobre otra que le está subordinada. Persona revestida de algún poder o mando”. Aquí a todos nos viene a la mente militares, políticos, gurús, directivos, etc.. pero todos tenemos la facultada de ser una autoridad influyente, por lo menos en el campo que dominamos y para aquellos que forman parte de nuestra comunidad y entono de influencia (compañeros, proveedores, clientes, alumnos, familia…). En este caso la “subordinación” es aceptada de buena gana por la persona ya que internamente reconoce que somos una figura lo suficientemente válida para ayudarle en la consecución de sus propios objetivos.

Para mi eres una autoridad en tu campo si conoces la materia, la utilizas en la vida real, aprendes de tus éxitos y errores y además eres capaz de compartirlo de manera eficaz con los demás, facilitando así el desarrollo profesional y personal de las personas que te siguen y escuchan.

Las personas, cuando no sabemos que pensar, hacer o decidir, solemos buscar el consejo de aquellos que son una autoridad para nosotros. Pero como nuestra autoridad no se basa en el poder si no en el conocimiento, tendremos que sugerir ideas y no imponerlas para que sean aceptadas. Por ello el proceso debe de cumplir los siguientes pasos:

- Muéstrales que eres una Autoridad
- Demuéstrales que eres una Autoridad
- Crea situaciones que favorecen la asociación de ideas

Muestra que eres una autoridad

Todo lo que haces y dices en tu día a día comunica a los demás que tiempo de autoridad puedes llegar a ser para ellos. La forma en la que vistes, como son tus ademanes, tus expresiones, el vocabulario que utilizas, tus adornos… todo, comunica a los demás y ahí es donde debes de cuidar los detalles y poner todo tu esfuerzo para que todo ello trabaje a tu favor. Volviendo al ejemplo que te contaba al principio, ¿por qué crees que la gente piensa que tengo poderes especiales? Porque me visto, actúo, hablo y realizo demostraciones en la linea que ellos esperan que haga una persona con ese tipo de habilidades.

Demuestra que eres una autoridad

Es la continuación lógica del punto anterior. No solo es importante ser, también hay que parecer. Pero al final, hay que ser. Quiero decirte con esto que siempre llegará el momento en el que tengas que demostrarles con hechos lo que muestras con tu aspecto o discurso. Volviendo al ejemplo, en mis espectáculos todas mis demostraciones tienen una intención clara. No solo entretener, sino comunicar. Comunicar dos cosas, primero información de valor y segundo comunican mis habilidades especiales con demostraciones increíbles.

La audiencia está mirando y no puedes perder la ocasión de que todo lo que hagas esté alienado con lo que dices y promulgas. En este punto es seguro que las personas consideraran favorablemente verte como una autoridad influyente.

Imagina por un momento alguna persona que sea una autoridad influyente en tu vida (lideres, familiares, compañeros, gurus…). Seguro que alguna afirmación de estas personas tendrá una alta consideración en tu mente cuando sepas que proviene de ellos. Esta es la clave de sugerir y no imponer. Fácil de explicar laboriosa de ejecutar. Pero que duda cabe, con muchos beneficios para todos.

Crea situaciones para la asociación de ideas

Pero para que las ideas se graben en la mente de las personas no solo es necesario la autoridad influyente. También es importante que las ideas sean creación de las personas. Es importante que las conclusiones las saquen ellos y no seamos nosotros las que se las demos. Por ello, siempre que te sea posible, debes crear un contexto donde la asociación de ideas en la mente de las personas sea del estilo: Si A=B y B=C, entonces A=C. Un ejemplo muy sencillo sería:

1) La situación es: La persona (A) es una persona fumadora (B)
2) Nosotros sugerimos esta idea: Las personas fumadoras (B) pueden desarrollar cáncer de pulmón (C)
3) La persona crea esta asociación en su mente: Yo (A) puedo desarrollar cáncer de pulmón (C)

Otro ejemplo podría ser:
- Yo (A) creo que se puede llegar a leer la mente de las personas (B)
- Javier Luxor lee la mente de las personas (B) con sus poderes paranormales (C) -> (Situación sugerida por mi personaje).
- Yo (A) creo en los poderes paranormales (C).

Resumiendo, la mezcla explosiva de autoridad influyente junto con la capacidad de sugerir la información facilitando la elaboración de conclusiones en la mente de las personas nos ayuda a influir positivamente en ellas. Toda un arma de influencia en las manos de aquellos que se atrevan a elevar sus niveles de autoridad.

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